Es imposible pensar una región cordillerana , como la nuestra, libre de la lógica brutal del modelo extractivista, basado, además, en el despojo, la desposesión y la ocupación de vastos territorios ricos en minerales críticos y estratégicos, además del preciado oro azul: el agua.
En este esquema de destrucción, dominación y saqueo, San Juan y su régimen local, relacionado directamente a la impronta capitalista globalizada, funciona como cabeza de playa de una suerte de ensayo estatutario regional, que abarca, además de San Juan, Mendoza, La Rioja, y la III y IV región de Chile.
Es esta provincia la muestra de un entramado sistémico que trata por todos los medios de imponerse como ejemplo de éxito y progreso, bajo la sombra paradigmática del desarrollo. San Juan es el modelo a seguir.
Uno de los tantos bastiones del extractivismo destructivo, el proyecto minero Pascua-Lama, es un ejemplo de la aplicación en la práctica de todo un entramado de leyes que involucran, en principio, a Chile y Argentina.
Recordemos que el proyecto Pascua-Lama es el primero en su tipo en el mundo, ubicado en la frontera argentino chilena en lo alto de la cordillera de los Andes; tiene una capacidad extractiva de 18 millones de onzas de oro, 731 millones de onzas de plata, 662 millones de libras de cobre, explotando el (en principio según Barrick Gold, la minera encargada del proyecto) 75% del lado chileno y el 25 % en el lado argentino.
Con Pascua-Lama, en realidad lo que se intenta es dejar sentado jurisprudencia en torno de un tratado binacional, que va extenderse a lo largo y ancho de la Cordillera de los Andes.
El tratado de Integración y Complementación Minera, tiene su génesis en la década de los 80, en el marco del Acuerdo de Complementación Económica, firmado por los dos países en Montevideo el 12 de agosto de 1980, pero que además es devenido del ALALC, el acuerdo de libre comercio gestado para América Latina en los años 60.
Recordemos también, que las zonas de prospección y factibilidad extractiva, fueron gestados en estos tratados internacionales, además de preparar el camino de leyes y reglamentaciones para que esto sea posible.
Estamos en el ojo de la tormenta y no va a ser fácil desmadrar este proyecto imperial. La realidad política de la provincia y toda su virulencia tiene su raíz en las contradicciones que el modelo extractivista genera, todo la discusión pública en torno de diferentes hechos, como por ejemplo la reforma de la Constitución Provincial en torno de la re-reelección del gobernador Gioja y todo su plan de aplicar a rajatabla el programa de las transnacionales mineras, dado que su continuidad en el tiempo es garantía de que las mineras tendrán todo a su favor y podrán llevar a cabo el saqueo y destrucción ambiental y ecológica con todos estos proyectos.
San Juan como cabeza de playa de las mineras, es el ejemplo más próximo de lo que seguramente ocurrirá en todo el territorio nacional colindante con la Cordillera de los Andes. El régimen y sus acólitos usaran todo lo que tengan a mano para concretar sus planes, entre ellos la mencionada reforma constitucional para perpetuar a Gioja como garante de este esquema geopolítico y estratégico, que el capitalismo mundial viene aplicando a los pueblos del mundo.
Ahora es el oro, la plata, el uranio, el cobre y muchos más metales de importancia estratégica para los tesoros mundiales, pero también para el consumo de las grandes potencias; la importancia de algunos metales para la industria geoespacial, de las comunicaciones y fundamentalmente para la industria de la guerra.
Somos territorios “ricos” en bienes comunes; el agua es otro bien que va a dar que hablar, y por el cual habrá grandes conflictos, que dicho sea de paso, ya se están viendo.
Depende de nuestro análisis de la realidad, del monitoreo y estudio sobre las acciones del capital, de su re funcionalización a partir de las nuevas necesidades y flujos, de la mirada sobre las construcciones que hace este sobre las subjetividades de los pueblos y de cómo esto los posiciona con fuerza destructiva.
Un juego desigual, y una batalla feroz nos enfrenta con un enemigo sin escrúpulos; la resistencia está caminando hace rato y los desafíos son muchos.
Hay también una gran batalla por establecer, desde provincias como San Juan, donde el federalismo es más bien feuderalismo, y la democracia, mineralocracia; nuevos vínculos con las comunidades, desde nuevas visiones de mundo y ante todo, la destrucción de los paradigmas modernos del llamado “desarrollo”.
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