sábado, 16 de julio de 2011

Declaración del M-31: Basta de persecución a Quebracho

“…Nosotros venimos a hablar de algo seguro y de algo posible. Seguro es que todos coman dignamente (…) entonces, es necesario que esto cambie…”. Tomamos así un fragmento de una de las poesías más hermosas de González Tuñon, para expresar el sentimiento de bronca que hoy nos atraviesa como parte de este pueblo.
Ayer, confirmaron el procesamiento de Fernando Esteche por el escrache al FMI en el 2004, frente a la visita de Rodrigo Rato, quién vino a negociar la deuda, con el reciente presidente Néstor Kichner. ¿Qué causa más genuina, mas justa y soberana, es la de un pueblo repudiando la legitimación del pago de una deuda que es producto de la muerte, del hambre, de las desapariciones de los nuestros? ¿Cómo es posible, que como pueblo tengamos que pagar a los sicarios de nuestros compatriotas, a los expropiadores de tantos hijos, a los que negocian con el hambre de nuestros pibes?
Los avatares dentro de la superestructura política son determinantes en éstos sentidos. Mientras que hacemos un repaso histórico, de la estructura económica desde la dictadura hasta el la crisis del 2001, vemos como ha crecido exacerbadamente. ¿Por qué creemos entonces, que hay que hablar de superestructura cuando pareciera que esto compete a una cuestión estructural? Porque entendemos, tal como nos enseñó el marxista italiano, que es necesario entender los vínculos orgánicos entre la estructura y la superestructura para que se forme un bloque histórico. Son los intelectuales orgánicos, quienes operan como correa de trasmisión para construir consenso y legitimación. Por eso, no es menor, la recuperación que hace el kichnerismo de la deuda externa, que la resignificó en sentido y significado, pretendiendo así apelar un cambio de subjetividad. Así vemos como hablan de “desendeudamiento” a lo que no es nada más ni nada menos, que el pago de la deuda externa, deuda que derrama la sangre de nuestros compañeros.
Pero como parte del pueblo, nosotros sabemos que llegará el momento, que las cosas recuperen su sentido. Serán entonces, momentos históricos, en lo que los luchadores populares no estén sentados en los banquillos de los acusados, sino que estén siendo ocupados por los asesinos, por los sicarios, por los apátridos que proliferan en nuestro país. Tendrán que ser juzgados, los verdaderos estafadores de nuestra patria, los que la entregan, a costa del hambre de nuestros pueblos. Y nosotros, las organizaciones populares, estaremos en la calle victoriosos, acompañados con todo el pueblo. Es por eso, que venimos a hablar de esperanza… porque si hay algo en que creemos, en los procesos constituyentes que pueden transitar las masas, como ya lo demuestra la historia, atreviéndose a disputar al régimen, a serle irreverente, porque mientras la correlación de fuerza siga siéndonos desfavorable, como pueblo organizado, vamos a continuar alimentando la organización y la conciencia de nuestros pueblos, porque no estamos dispuestos a permitir ningún tipo de avasallamiento contra las conquistas históricas que con mucho dolor, con mucho esfuerzo y mirando siempre hacia el norte, que es nada más ni nada menos que nuestra patria grande, que es América.
Con mucha bronca, hoy nos procesan de nuevo. ¿Y se preguntaran por que hablamos en primera persona? Porque si hay algo a los que estamos dispuestos, es a impedir que un compañero que tantas batallas y luchas libró, sea metido en las cárceles del régimen.
Si avanzan contra Quebracho, si quieren a Fernando Esteche, no van a tener más opción que venir por todos nosotros.

“…No se puede ser libre enteramente ni estrictamente digno, ahora cuando el chacal está en la puerta esperando que nuestra carne caiga, podrida…”

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