miércoles, 17 de agosto de 2011

Seamos Libres…Nuestro Homenaje a José de San Martín

A 161 años del fallecimiento del Libertador General Don José de San Martín, nos invita como militantes político-universitarios, y también como estudiantes de Ciencias Sociales, a tomarnos el trabajo de pensar qué significa su legado en los tiempos actuales de Nuestra América.

Pensar en su proyecto emancipatorio, no como ejercicio intelectual abstracto, sino como un proceso dinámico de la historia viva del pueblo. En tiempos donde el Comandante Fidel Castro reaparece anunciando una posible guerra nuclear ante las viles agresiones del imperio yanki, y a la vez este imperialismo utilizando a Israel, su alfil en medio oriente, contra Irán; vemos los movimientos militares en muchas regiones de Nuestra América por parte de los marines norteamericanos (Paraguay, Colombia, Panamá, Costa Rica, y la invasión a Haití ayudados por los cascos azules de la Minushta); la intención de Santos, lacayo de Washington, de provocar una guerra entre pueblos hermanos como lo son el colombiano, el venezolano y el ecuatoriano; y la crisis del capitalismo que amenaza con ser terminal del orden civilizatorio mundial. En este cuadro de situación internacional es importante que nos preguntemos: ¿Por qué causa y de qué lado San Martín desenvainaría su sable corvo para guiar al ejército de los Andes?

Es difícil remontar a un hombre que fue protagonista de su época, hace más de un siglo y medio atrás. Pero tampoco sería una tarea imposible si nos basáramos en sus propias palabras; en su modo de pensar y actuar.

 El Libertador decía:  “Es cierto que tenemos que sufrir escasez de dinero, paralización del comercio y agricultura, arrostrar trabajo y ser superiores a todo género de fatigas y privaciones; pero todo es menos que volver a uncir el yugo pesado e ingenioso de la esclavitud”. Su concepto de libertad estaba atado al concepto de dignidad humana, de autodeterminación de los pueblos en el hacer de su propio camino, en el derecho a resistir el atropello de los poderosos. “Ante la causa de la América está mi honor; yo no tendré patria sin él y no puedo sacrificar un don tan precioso por cuanto existe en la tierra”. Su concepción de patria era continental, de reconocer como hermanos a todos los pueblos de Nuestra América.

Sus frases y su acción, nos permiten como pueblo, cuestionar y resignificar paradigmas en la medida en que nos vamos haciendo cargo de nuestro propio destino con la impronta de construir una Argentina posible de ser transitada por el pueblo, de carácter transformador, es decir revolucionaria, antiimperialista, y popular.
El legado del Libertador es que democracia signifique El pueblo deliberando y gobernando directamente, para con su protagonismo penetrar el Estado y hacer carne su propia política. No como dice la Constitución Argentina en el articulo 22 que “El pueblo no delibera ni gobierna, sino por medio de sus representantes y autoridades creadas por esta Constitución”. San Martín en relación a la participación popular decía: “Más ruido hacen diez hombres que gritan que cien mil que están callados”.

El legado del Libertador es que soberanía signifique que el Estado defienda los intereses y la dignidad del pueblo en su conjunto. Que podamos ser políticamente libres del yugo imperialista (Estados Unidos, Unión Europea, Israel), y económicamente independiente de los intereses de las potencias y las multinacionales. No como sucede hoy con la Barrick Gold, Monsanto, Techint, Repsol, Cargill, Bunge y Born, Kraft, General Motor, Loma Negra, Grupo Clarín, Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial, y muchos más.

El legado del libertador es que justicia signifique que el Estado garantice al pueblo trabajo, alimentación, vivienda, salud y educación. No que sea plan de seguridad ciudadana para “meterle balas a los pobres”. San Martín decía: “Al hombre honrado no le es permitido ser indiferente al sentimiento de la justicia”.
“El nombre del general San Martín ha sido más considerado por los enemigos de la independencia, que por mucho de los americanos a quienes ha arrancado las viles cadenas que arrastraban”

Una de las tareas que se nos impone como universitarios, como estudiantes de ciencias sociales, es recuperar la figura de los grandes seres humanos de nuestra patria. Sacarlos del bronce frío o del olvido al que fueron condenados, para encontrarnos en ellos como sujetos históricos constructores de nuestra propia realidad. Porque la Nación, la Patria, nuestros próceres de la historia son terreno de disputa de sentido que no podemos regalarle a las clases dominantes y su versión de la historia, si queremos construir un Socialismo del siglo 21, un proyecto contrahegemónico.
Fueron grandes no porque portaban grandes apellidos, sino porque eran hombres y mujeres comunes que en determinado momento se comprometieron con un proyecto de patria. Pusieron su cuerpo y su mente al servicio de los intereses de las mayorías oprimidas para pelear contra los opresores.

El General San Martín, en su recordada Orden General del 27 de julio de 1819, le exigió al ejército de Los Andes, compuesto por negros, mestizos, criollos, tener la grandeza y la valentía de “no dejar las armas de la mano, hasta ver el país enteramente libre, o morir con ellas como hombres de coraje”. En ese ejército no había chilenos, ni argentinos, ni bolivianos y ni uruguayos. En ese ejército eran todo un mismo pueblo luchando por la independencia de la Patria Grande Nuestra América. Compañeros de la Facultad de Ciencias Sociales, hay muchas tareas trazadas, muchas discusiones por dar, mucho protagonismo por entregar, para transformar la Argentina de una vez por todas y para siempre. Depende de nosotros ser hacedores de nuestra época. Seamos libres, y lo demás no importa…

Agrupación estudiantil M-31 (Sociales - UBA)
"Luchamos para crear, creamos para luchar"

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