lunes, 31 de octubre de 2011

La vigencia del pensamiento político del Che Guevara para pensar el Socialismo en el Siglo XXI - Algunas Reflexiones

Muchos han sido y son los usos y apropiaciones del Che. Mercantilizada su figura por el capitalismo, convertido en un héroe romántico que puede ser venerado como ícono pero no imitado como ejemplo revolucionario, lavado para el consumo de las mayorías. En este sentido, ya Lenin decía con toda claridad: "En vida de los grandes revolucionarios, las clases opresoras les someten a constantes persecuciones, acogen su doctrina con la rabia más salvaje, con el odio más furioso, con la campaña más desenfrenada de mentiras y calumnias. Después de su muerte se intenta convertirlos en íconos inofensivos, canonizarlos, por decirlo así, rodear sus nombres de una cierta aureola de gloria para consolar y engañar a las clases oprimidas, castrando el contenido de su doctrina revolucionaria, mellando el filo revolucionario de ésta, envileciéndola." Podríamos agregar, parafraseando los dichos de Lenin que en semejante "arreglo" del guevarismo se dan la manos actualmente los sectores dominantes y los reformistas del campo popular.

Para nosotros, el Che fue ante todo un profundo pensador político y un estudioso hereje del marxismo. Algo que también omite cierta izquierda dogmática, de hoy y de siempre, que solo ve y reduce la figura del Che al "foquismo", "aventurerismo" y demás adjetivos peyorativos que lo encierran en sus tácticas guerrilleras; porque el Che incomoda y sigue molestando a los "profetas" de la doctrina de ayer y de hoy, siempre verborrágicos nunca consecuentes, estos iluminados siempre terminan obscurecidos, más todavía ante revolucionarios como el Che.
Pero el Che fue principalmente otra cosa y su marxismo también.
Y es precisamente en este punto donde el Che sigue absolutamente vigente y necesario, es decir, en su manera antidogmática, humanista, ética y no colonizada de entender y construir el socialismo.
En su derrotero intelectual y militante, el Che fue un incansable buscador de otros caminos alternativos para la construcción del Socialismo que superen las deformaciones y desviaciones de los entonces llamados "socialismos reales". También en el plano teórico luchó y combatió contra los manuales stalinistas que desde la URSS dictaban el "deber ser" de la revolución socialista para el resto del mundo sobre la base de una interpretación antidialéctica y determinista del pensamiento de Marx.
De ahí su lucha contra las diversas formas de economicismo, determinismo, burocratismo que tanto daño han hecho a las experiencias revolucionarias del siglo pasado; de ahí también su preocupación por "la escolástica que ha frenado el desarrollo de la filosofía marxista". Por eso mismo, la necesidad del Hombre Nuevo, de una nueva subjetividad o moral revolucionaria, una nueva manera  no solo de organizar sino de entender la vida, una dimensión axiológica del socialismo que fue sepultada por la ortodoxia marxista del siglo XX penetrada por concepciones positivistas y evolucionistas del hombre y la historia.
Creemos que el Che fue un pensador hereje de su época como lo fueron también Mariátegui, Dalton y tantos otros que entendieron que el socialismo es principalmente la emancipación del hombre de la alienación y su autoorganización, y no meramente el desarrollo de la economía o la técnología como sí el resto decantará solo por el avance del "progreso". Por eso decía decía el Che: "Para construir el comunismo, simultáneamente con la base material hay que hacer el hombre nuevo"
El ejemplo de la praxis política del Che, es decir, su pensamiento teórico en conjunción con su práctica revolucionaria, es un reaseguro hoy contra los doctrinarismos desmovilizantes. Siempre y cuando tampoco hagamos del pensamiento del Che otra biblia canónica, sino caeríamos en lo que ya marcaba Lenin en los primeros párrafos de "Estado y Revolución".
Es su manera de abordar el marxismo, sus reflexiones a partir de su misma práctica revolucionaria sobre las problemáticas que acarrean la transición hacía el socialismo y una nueva sociedad, uno de los mayores aportes del Che que poseen suma vigencia en nuestro presente latinoamericano.
Pensar al Che hoy es pensarnos a nosotros mismos con audacia, evitando los moldes preestablecidos y aprehendiendo de la consecuencia intelectual y política del Che.

1 comentario:

  1. A los detractores de este constructor, estratega, libertario, les convienen algunas "deleznables practicas dialecticas" para desmoronar el verdadero espiritu revolucionario. Tiene razon Lenin. Lo mismo hizo el imperio romano (Hoy Baticano) con las luchas emancipadoras de Jesus, apropiandose y mercantilizando su imagen.

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